.::En México::.

Al fin puedo sentarme y escribir como como me gusta: Sin frases cortas ni ideas concretas.
Estoy en México, DF después de 12 horas de avión desde Madrid. Obviamente lo primero que hice al salir del aeropuerto fue subirme a un taxi y pedir que me dejara en la taquería más cercana.
Traigo conmigo muchas cosas pero solo una que otra es material.
Hubo momentos donde la nostalgia me invadía viendo una calle de Ginebra, estando frente a la ventana del segundo piso de un edificio cualquiera.
Apenas veía el amanecer, me levantaba de la cama para decidir si abriría o no la ventana y después de decidir no hacerlo, me encerraba en la regadera.
Europa tiene muchas cosas, unas buenas, otras malas y otras que se repiten en tantas partes que ya hasta son neutrales. Tiene inmigrantes, tiene dolencias, tiene tanques de guerra y de oxígeno, tiene amor, tiene prisas, sonrisas y silencios y besos.
Hay un poco de todo y un todo que consume de vez en cuando.
Estuve en el viejo continente por tres semanas, tres semanas de un clima bipolar, aveces lluvioso, aveces soleado, aveces la lluvia solo llegaba a que le tomara lista y después se iba.
Ahora en México, después de llevar de compañero a un avión por un viaje de doce horas, soy victima de una curiosidad pasajera; me pregunto si algún Romano o algún Madrileño cuando visiten México se pararán frente a su ventana en pleno amanecer y se decidirán a abrirla o no, se quejarán del clima o lo alabarán, les gustará nuestra comida o buscarán algo más parecido a su país...
Es bueno sentirse cerca de casa, escuchar tu idioma, caminar con los tuyos y no saberte un foráneo.
No estoy muy de acuerdo con eso de las fronteras, los trámites y las aduanas pero la verdad...después de este viaje, sin duda puedo decir que: El hogar es el hogar y la pizza margarita simplemente no rifa.