-Sean Biggerstaff en “Cashback”.
¿Nunca les ha pasado que creen tener esa relación perfecta? Si, de las que parecen sacadas de un cuento de hadas con castillo y todo el pedo. Solo que, en vez de príncipe azul, yo era algo asi como que monocromático.
Pues bien, hace ya algún tiempo me vi envuelto en uno de esos noviazgos de esos donde todo se torna en colores pasteles y algunos días comienzan a tomar la forma de un guión de película serie B.
Podría justificarme con el clásico “Era joven y estúpido”, que va de cajón, solo por quedar bien con uno mismo. Pero la verdad es que de pendejo no me bajo después de haber aceptado esa oferta final.
Sin argumentar o pelear, solo acepté. Y después de tanto tiempo sigo dándome golpes contra la pared, ella era como esos discos ochenteros de bandas independientes que te matas buscando en cada rincón del planeta.
De esos que cuando lo encuentras pasas horas viendo el arte del disco, y después, lo escuchas una y otra vez mientras prendes un cigarro, sentado en la ventana del segundo piso y hueles la tierra mojada por la lluvia de la noche anterior.
Y en algún momento...dejó de sonar.
Me atrevo a decir que ambos, en algún momento, tuvimos miedo de lo que el otro iba a decir. Pero nunca supuse que después de abrazarnos nada sería igual.
Insomnio, ansiedad, encierro...jamás creí que algún día consideraría mi foco de 60 watts como mi fuente mas cercana de calor; sin ganas de saber algo del mundo, sin querer comprarme otro disco, sin querer olvidar siquiera el primero, me la pasaba en mi cuarto como un pinche Pacman cocainómano.
Sabía que la había perdido pero no del todo. Sabía que podía conseguirlo de alguna otra forma pero no quise. ¿Por qué? ¿Que tal si se rayaba y me hartaba de tener que cambiar de track a mitad de la rola? O si en algún descuido perdía su caja...esa decisión de “Cerrar los ciclos y no mirar atrás” es lo que muchas veces no deja que avance, lo primero que me viene a la mente cuando alguien pregunta: “Wallas, ¿Te arrepientes de algo?”. Es tedioso, es molesto y es mi culpa.
Yo me aparté, yo me rendí y dejé pasar el tiempo.
Me gustaría poder convencerme a mi mismo que hay mas discos, que hay mas bandas, que algún día podré verla mientras duerme y, cuando despierte, escucharla cuando narre sus sueños mientras prendo un cigarro, sentado en la ventana del segundo piso y huelo la tierra mojada por la lluvia de la noche anterior.
Si, la extraño.........te extraño.
[Y sigues siendo mi primera respuesta cuando alguien me pregunta: “¿En que piensas?”.]