jueves, 4 de junio de 2009

.::El último y me voy::.

Me gusta conversar, intento hacerlo diario aunque sea difícil en ocasiones. Cada día hay personas nuevas, temas nuevos y escenarios varios; me doy cuenta de quienes tienen algo que decir, quienes deberían callar o quienes simplemente no hablan...sólo expulsan ideas de forma irregular y ruidosa.

Las conversaciones las suelo medir de muchas formas, con risas por ejemplo. Pero también uso silencios incómodos, vasos de agua, miradas cruzadas, suspiros...aunque mi forma favorita es la de los cigarros.
Puedes hablar de tantas cosas mientras se consumen esos escasos cinco centímetros de tabaco y papel arroz, que podría haber toda una vida dentro de una cajetilla.
Ella solía decirme: “Se acaba este cigarro y me despido...” y yo deseaba que se consumiera lentamente, que esa braza cilíndrica fuese eterna...o por lo menos que durara hasta el amanecer.
Entre mis amigos, en esas noches de marzo donde nos dábamos cuenta de lo mucho que habíamos cambiado durante el otoño, regularmente nos veíamos envueltos en ese humo danzante acompañado de su aroma tan distintivo y siempre he creído que es parte de un ritual. Un ritual donde cerramos círculos para abrir nuevos. Nos despedimos con el clásico: “Nos vemos después”, sabiendo que podrían pasar meses sin saber el uno del otro, cambiar, correr, caer, levantarse, experimentar, madurar y aún así jurar que, al volver, seremos los mismos extraños que ríen o lloran bajo el mismo techo pero por diversas circunstancias.
Pienso que uno no se hace adicto al tabaco, se hace adicto al sentimiento de compañía entre fumadores, a las historias que caben en una cajetilla, a los recuerdos, a la nostalgia, a las carcajadas, a las figuras que forma el humo contra la luz del ordenador, a lo hipnótico de ese aro de fuego... al aroma que forma la mezcla de nicotina y el rastro de perfume que quedó impregnado en mi almohada después de que ella se fue para no volver.

Todo esto escrito en compañía de un cigarro, en caladas con sabor a recuerdos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa adiccion a las historias compartidas, tambien incluye a quien relaciona el aroma a tabaco con tu presencia.

Bebay♫ dijo...

me gusta (: me encanta como describes la situación , hasta siento como si estuviera ahí y eso que yo ni fumo hahahah (:

Tinúviel dijo...

nostalgia